domingo, 7 de noviembre de 2010

Si Dios no existiera

La gente cree que dios existe. Esto no hace, por supuesto, que exista, pero no hay duda que una buena parte de lo que la gente es y hace tiene que ver con esa creencia suya. Esa creencia, por supuesto, no está desvinculada de otras. Si la gente creyera que existe Dios y no vinculara más creencias a esa existencia, esta sería del todo irrelevante para nosotros. Diríamos: sí, dios existe ¿Y qué hay con eso? ¿Acaso va a intervenir en nuestro mundo? ¿Hace aquella existencia alguna diferencia en la nuestra? El asunto es que vinculadas a la idea de que existe Dios hay otras creencias, por ejemplo: que Dios quiere que nos comportemos de tal o cual modo, que ese Dios nos protege, nos escucha, nos ayuda, que es todopoderoso, que nos ama, etc. Ese conjunto de creencias son las que determinan nuestros comportamientos, nuestra forma de asumir el mundo y la vida, no es sólo la creencia en la existencia de Dios, aunque esta creencia sea un supuesto necesario en todas las demás. Nuestra lectura de otras tradiciones o culturas nos lleva por derroteros semejantes: se crea en uno o varios dioses, tengan éstos características físicas o no, hay un conjunto de creencias vinculadas a esas otras que determinan conductas y formas de asumir la vida y el mundo.

Dios también ha sido usado para explicar el origen del universo y de la vida, pero las explicaciones que lo invocan como creador, apelan a ese carácter para convencer a las personas de obedecerlo y amarlo. O sea, la explicación sobre el origen del mundo se vincula con otro propósito, uno que tiene que ver con nuestras actitudes hacia Dios y con nuestro comportamiento. Si dejáramos de creer en la existencia de Dios, todas las otras creencias vinculadas con esta, quedarían en el aire. En efecto, si no hay un Dios, entonces, un Dios no creó el universo y cabe preguntarse quién o qué lo creó o cómo se creó; pero, además, no podemos deberle obediencia a un ser que no existe, ni gratitud, ni nada. Peor aún, si Dios no existe, entonces no hay alguien que me ame, que me escuche, que me ayude, que me proteja, estoy completamente solo y desamparado en un mundo lleno de peligros, un mundo que no me comprende y que no me apoya siempre. Y todavía más, si Dios no existe, no tenemos por qué comportarnos de tal o de cuál modo, pues no hay un ser al que le interese que nos portemos bien o mal, no hay un ser que nos premie o castigue por eso, podemos hacer lo que nos dé la gana y el límite de nuestras acciones vendrá determinado por el límite que la naturaleza y otros hombres le puedan imponer. Si dejáramos de creer en Dios, tendríamos que abrazar la ciencia en cuanto explicación del origen del universo (o cualquier explicación que no implique dioses), tendríamos que desarrollar estrategias de afrontamiento hacia el mundo que nos rodea, llenarnos de optimismo, esperanza, creer en nosotros mismos, en el futuro, etc. Lo moral dejaría de importar y sólo lo legal sería importante. Lo legal, a su vez, estaría fundamentado en los gustos y preferencias de los poderosos o del común de las personas. Estos gustos y preferencias se formarían en los primeros años por efecto de la educación, pero también de la experiencia propia. El mundo no cambiaría mucho en unos aspectos, pero creo que en otros sus cambios serían no sólo más acelerados, sino más drásticos.

1 comentario:

Joseph Kabamba dijo...

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Si Dios no existiera, no existiría nada.
Pues Dios es el Origen.

Atentamente. Joseph kabamba