domingo, 24 de septiembre de 2023

El imperio del Ser

Todo universo, en su base, está compuesto de entidades elementales que la física llama cuerdas. Las cuerdas se enredan y configuran de diversas maneras dando origen a universos con propiedades diversas. No tienen un origen, ni un final. Contarlas es imposible. Todo lo que sabemos es que siempre han existido y que se enredan con otras para dar origen a partículas o que se configuran de cierta manera para dar origen a universos. Llamemos multiverso al “espacio” en el que están estas cuerdas y en el que se dan los universos. Como se trata de una historia eterna, hay momentos en que este espacio puede estar sin universos concretos, otros en que tiene uno o muchos, universos que vienen y van. Lo que, en cambio, es continuo y permanente son estos enredos de cuerdas. Los universos nacen, se desarrollan y se extinguen. Dentro de algunos de ellos surge la vida que se renueva una y otra vez en diversas partes. En otros no es posible la vida. No importa, en todo caso, cuáles características tengan estos universos, lo relevante en que hay una eternidad material, un continuo de creación y destrucción en el que las cuerdas son la constante. Y esto no solo vale para el multiverso considerado en su mayor escala, sino también en sus escalas más pequeñas: no hay un vacío absoluto en ninguna parte de él, ni de los universos que lo conforman. Tampoco tiene sentido decir que hay algo fuera de él. Los antiguos griegos oponían el Ser al No Ser, la totalidad a la nada. Las matemáticas y la lógica nos enseñaron que esto entraña dificultades. La física nos muestra, además, que no existe un vacío absoluto. La nada ni siquiera puede pensarse, es un sinsentido. El universo, este o cualquier otro, es el imperio del ser.

No hay comentarios: